Venezuela toma una posición: productos de vapeo prohibidos como país líder en América del Sur
En un movimiento decidido, el Ministerio de Salud de Venezuela emitió recientemente una resolución que impone una prohibición total de los productos de vapeo dentro de las fronteras del país.
Un paso definitivo: prohibición de productos de vapeo en Venezuela
Esta decisiva resolución del Ministerio de Salud abarca la fabricación, almacenamiento, distribución, circulación, comercialización, importación, exportación, uso, consumo, publicidad, promoción y patrocinio de los sistemas electrónicos de suministro de nicotina (ENDS), más conocidos como vapes. Además, la resolución amplía su alcance para cubrir productos sin nicotina y accesorios relacionados. Esta audaz iniciativa posiciona a Venezuela como el tercer país de América del Sur, después de Argentina y Brasil, en promulgar una prohibición total de estos productos de vapeo.
Impulso presidencial y advertencias sanitarias globales
El impulso de esta prohibición vino del presidente Nicolás Maduro, quien instó a los equipos médicos y científicos del gobierno a considerar tal prohibición. El Ministerio de Salud enfatizó que esta acción fue en respuesta a las advertencias de la Organización Mundial de la Salud (OMS), una entidad que durante mucho tiempo ha mantenido una postura hostil hacia los vaporizadores debido a sus posibles riesgos para la salud.
Puntos de vista divergentes y preocupaciones de salud pública
Si bien la prohibición ha obtenido el apoyo de algunos sectores, también hay voces de disidencia. Alberto Gómez, Community Manager de World Smokers Alliance, sostiene que la prohibición de Venezuela de productos de riesgo reducido es un paso atrás para la salud pública. Afirma que miles de venezolanos habían hecho una transición exitosa del tabaco tradicional a los vaporizadores, lo que resultó en una mejor salud. Con esta prohibición, se restringirá su acceso a estos productos y muchos fumadores tendrán dificultades para cambiar a alternativas menos dañinas.
Gómez argumenta que la prohibición podría tener consecuencias no deseadas, lo que podría conducir a los usuarios hacia el mercado ilícito o volver a los cigarrillos combustibles. Este cambio podría empeorar los resultados de salud pública, lo que conduciría a un aumento de los costos de atención médica asociados con las enfermedades relacionadas con el tabaquismo. Además, el mercado clandestino carece de regulación, lo que plantea riesgos para las ventas a menores y la seguridad de los productos, al mismo tiempo que priva al gobierno de posibles ingresos fiscales. Gómez sostiene que la prohibición no ofrece una solución viable a estos problemas.
El complejo panorama de los productos de vapeo en América del Sur
La postura sobre los productos de vape en América del Sur y el estado práctico del mercado de productos de vape se han mantenido en un estado paradójico. Si bien muchas economías importantes en la región de América Latina han impuesto prohibiciones sobre estos productos, la aplicación laxa y el contrabando desenfrenado han dado lugar a un próspero mercado ilícito, como se ve en países como Brasil. Este fenómeno está influenciado por las diferentes regulaciones sobre productos de vapeo en las naciones vecinas y el floreciente comercio de importación y exportación.
Por ejemplo, Paraguay, uno de los pocos países de América Latina donde los productos de vapeo son explícitamente legales, se ha convertido en una fuente importante de estos productos para el mercado brasileño. Estos productos ingresan legalmente a Paraguay y luego, a través de una serie de transferencias, cruzan la frontera hacia las diversas regiones de Brasil. Los datos de Ipec Intelligence revelan que la cantidad de usuarios adultos de productos de vapeo en Brasil aumentó de alrededor de 500 000 en 2018 a más de 2 millones en 2021, lo que indica una asombrosa tasa de crecimiento de más del 300 %.
En conclusión, si bien la prohibición de Venezuela de los productos de vapeo es una medida regulatoria importante, queda por observar su impacto a largo plazo en el mercado y los resultados de salud pública, particularmente a la luz de la experiencia brasileña. A medida que la nación avanza con esta prohibición, será crucial monitorear sus efectos en el comportamiento del consumidor, la salud y la dinámica del mercado en general.